5 hábitos conductuales para disfrutar de la alimentación en verano

28 julio, 2017

Neus Nuño, profesora colaboradora del Grado en Psicología.

Los cambios de horarios y rutinas propios del verano pueden afectar en mayor o menor medida nuestra alimentación, hacernos sentir más inseguros a la hora de elegir lo que comemos y despertarnos ciertos miedos, como el miedo al descontrol o a perder los hábitos adquiridos durante el resto del año. Además, durante o después de comer ciertos alimentos (como helados, refrescos o cerveza) pueden aparecer sentimientos de culpa, lo que nos impide disfrutar y, además, nos hace creer que tenemos que hacer algo para compensar aquella ingesta.

Para superar estos miedos enumeramos cinco consejos que nos ayudarán a disfrutar del verano sin preocuparnos en exceso por nuestra alimentación:

1. Comer de forma consciente. Escuchar nuestro hambre real y hacerle caso, comiendo cuando tenemos hambre y parando de comer cuando nos sentimos llenos. Es la clave para regular las cantidades de alimento que tomamos y sentirnos bien. Asimismo, no es recomendable hacer restricciones, para compensar comidas anteriores o posteriores.

2. Tener un despensa llena de comida saludable. Si nos aseguramos de que en casa tenemos disponible comida saludable (fruta y hortalizas, legumbres, cereales, lácteos y proteína de calidad), será más probable que las elecciones que hagamos sean equilibradas.

3. Tomar decisiones saludables. Salir a comer fuera no tiene que significar necesariamente comer mal. Basar nuestra elección en el nivel de hambre que tenemos y procurar que en nuestro menú estén presentes todos los grupos de alimentos será garantía de una buena decisión.

4. Disfrutar de lo que comemos. Cuando disfrutamos de un alimento lo comemos despacio, favoreciendo que nos llegue la señal de saciedad para poder parar de comer cuando nos sentimos llenos. Debemos permitirnos disfrutar de toda clase de alimentos y evitar el sentimiento de culpa.

5. Aprovechar para descansar y realizar actividades placenteras. Ya que el verano suele ser un momento del año en el que tenemos un poco más de tiempo para nosotros, es importante aprovecharlo para hacer actividades que nos gusten y descansar. Cuanto más satisfechos estamos con nuestra vida, más sencillo será mantener una relación saludable con la comida, evitando el vínculo entre la comida y las emociones.

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Autor / Autora
Profesora del máster universitario de Psicología Infantil y Juvenil