¿Cómo generar actitudes digitales críticas entre el alumnado?

8 junio, 2020
julianna raffaghelli

A lo largo del ciclo Docencia no presencial de emergencia, se ha hecho patente la importancia de las tecnologías para la educación ahora mismo. ¿Cómo mantener una relación crítica con ellas? ¿Cómo generar actitudes digitales críticas?

Juliana Raffaghelli es investigadora del programa Ramón y Cajal en los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC. Forma parte del grupo de investigación Edul@b. Considera la educación como una herramienta de emancipación e inclusión, en la que las tecnologías juegan un gran papel. Desde esta perspectiva, nos ofrece un nuevo webinar del ciclo Docencia no presencial de emergencia, centrado en cómo generar actitudes digitales críticas en el estudiantado.

Tecnología de ayer, de hoy y de mañana

En los años noventa e inicios de 2000, la tecnología se veía desde un optimismo apabullante, como una ventana a un mundo inmaterial lleno de posibilidades. Ahora mismo, nuestra perspectiva es completamente diferente. 

Habitualmente, los adultos son capaces de entender la virtualidad, de sostenerla simbólicamente: saben que, cuando entran en un entorno virtual, entran en un lugar donde se interacciona con otras personas de una determinada manera. Cuando abusamos de ella y la hacemos penetrar más de lo normal (como en el caso de los niños), sostener esta conciencia resulta más complicado. 

En nuestra situación actual, tener actitudes digitales críticas, o sea ser críticos con las tecnologías, es más necesario que nunca. La pandemia ha generado unas condiciones de enseñanza y aprendizaje forzados. Ya se han hecho estudios sobre los efectos de esta situación en todo el mundo, y en general coinciden en que existe un problema de sobrecarga cognitiva y física. La feminización del cuerpo docente agrava el problema, ya que no hay una separación entre el momento del trabajo, el del descanso y el del cuidado de la casa. 

Los medios conocidos no son lo que necesitamos

La solución tomada ha sido usar los mismos medios y organización escolar que conocíamos e intentar adaptarlos al nuevo escenario usando las tecnologías. Estos medios conocidos no son lo que necesitamos. Para generar actitudes digitales críticas, es necesario repensar aquello que damos por supuesto.

Algunas definiciones necesarias

¿Qué significa tener una actitud crítica?

Una actitud crítica es una manera de comportarse, pensar y sentir. Consiste en tener la paciencia de observar los hechos reteniendo la emoción, y pensar las motivaciones y grupos de interés detrás de ellos. Las situaciones se deben pensar desde distintas perspectivas, y usar la información para orientar nuestro comportamiento de manera positiva. Ser crítico es un proceso lento.

Muchos autores desde los años sesenta han contribuido a pensar de forma crítica los sistemas, las asociaciones y explorar lo que no es evidente, lo que cuenta con menos representación en el discurso hegemónico. Paulo Freire, la escuela de Barbiana, Ivan Illich, Nussbaum o la pedagogía intercultural son ejemplos de la teoría pedagógica crítica

El estudio de las tecnologías en la educación no ha quedado fuera de la discusión. Autores como Neil Selwyn usan enfoques de este tipo, y remarcan que no hay nada que la tecnología haga por nosotros: todo lo que hacemos es responsabilidad de nuestros colectivos y organizaciones humanas. Muchos profesores blogueros como El profesor Potachov de Moldavia siguen esta línea.

No hay nada que la tecnología haga por nosotros: todo lo que hacemos es responsabilidad de nuestros colectivos y organizaciones humanas

¿Cómo desarrollar actitudes digitales críticas?

Se pueden identificar, esquemáticamente, cuatro niveles a los que nos relacionamos con las tecnologías: uno comportamental, uno emocional, uno cognitivo y otro social.

A nuestras espaldas hay cuarenta años de estudios documentados sobre las tecnologías, y cientos de experimentos. Estos concluyen que la educación en línea tiene un potencial inequívoco, y que si las tecnologías son bien utilizadas pueden mejorar la motivación, expandir proyectos comunicativos, reforzar funciones cognitivas y mejorar el acceso a la educación de personas socioeconómicamente peor situadas. Esto, sin embargo, no nos libra de detectar y hacer frente a las cuestiones negativas que se sitúan a cada nivel. 

El enfoque crítico

1. Nivel comportamental

En este nivel, lo fundamental es controlar la exposición a las tecnologías a partir de la premisa de que “menos es más”. Tenemos que pensar los momentos del día en los que las usaremos, estableciendo un tiempo limitado. También tenemos que controlar sus condiciones de uso, evitando aquellas que resulten más invasivas (muchas notificaciones, por ejemplo). Pensar en el cuidado ergonómico relacionado con las tecnologías es otro aspecto importante que abordar.

Para trabajar en estos aspectos, es fundamental el trabajo en equipo de los docentes, coordinado con la escuela y con las puertas abiertas a la sociedad, el tejido asociativo, las instituciones, etc. Hay muchos aspectos que un único docente no puede controlar. Algunas pistas para la intervención pueden ser las siguientes:

  • Seguir la regla 3-6-9-12 de Serge Tisseron
    • Hasta los tres años, los niños no deben ser expuestos a las pantallas.
    • Hasta los seis años, los niños no deben ser expuestos a las consolas.
    • Hasta los nueve años, los niños no deben ser expuestos a Internet.
    • Hasta los doce años, la exposición a las tecnologías debe ser supervisada.
  • Organizarse para coordinar con las familias la articulación de los espacios, los momentos y el tipo de tecnologías utilizadas. No todo el mundo tiene la misma disponibilidad, y hay que tenerlo en cuenta.
  • Orientar al alumnado: dar recomendaciones sobre los espacios, el tiempo y las condiciones ergonómicas del trabajo en línea. 
  • Revisar los términos y condiciones de uso, con la que podemos controlar las herramientas tecnológicas con las que estamos trabajando desde el punto de vista de la captura de datos y otros aspectos. Este trabajo se puede hacer desde la primaria. Herramientas como tosdr.org simplifican el proceso.

2. Nivel emocional

Debemos considerar la regulación emocional cuando se participa en un ambiente mediado por las tecnologías, especialmente en las redes sociales. ¿Cómo me hacen sentir los demás? ¿Cómo me hace sentir un videojuego? ¿Cómo nos sentimos en los espacios de entretenimiento? 

El docente no podrá entrar en todos los ámbitos en los que sus estudiantes usen las tecnologías, pero puede promover una actitud emocional crítica con las siguientes estrategias:

  • Hacer el registro de las emociones durante las actividades de uso de las tecnologías. 
  • En secundaria y universidad, se pueden plantear estudios emocionales sobre el uso y la respuesta de las tecnologías. ¿Las condiciones de la tecnología facilitan los procesos educativos a los que se me está sometiendo, desde el punto de vista emotivo?
  • Crear espacios de feedback a nivel colegial, de manera que pueda haber un equipo dedicado a trabajar estos aspectos emocionales y no se cargue todo el trabajo en los docentes de forma individual.
  • Establecer una relación emotiva entre el estudiantado, las familias y los docentes, en la que todas las partes puedan sean sinceras con su situación emocional y reciban una respuesta.

3. Nivel cognitivo

Lo más importante es cuidar la información que consumen nuestros estudiantes, asegurarnos de que sea de calidad. 

actitudes digitales críticas
Foto: William Iven en Unsplash
  • Elaborar fichas sobre el contenido y los software que se usan en la educación.
  • Incitar al pensamiento crítico y el aprendizaje dialógico.
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  • Trabajar la escritura académica y el método científico, sobre todo en los niveles de educación superiores.
  • Controlar la veracidad de los datos (fact-checking), cosa que tiene que ver con el desarrollo de la competencia informacional. 
  • Potenciar el saber y el saber hacer del pensamiento crítico: deconstruir los niveles de ambigüedad del lenguaje, los prejuicios, detectar el lenguaje excesivo o manipulador, valorar qué tipos de asunciones se hacen, analizar la relevancia, justicia y equidad de las evidencias, considerar la necesidad de información ulterior, comprender las metodologías (sobre todo respecto de los datos), etc.
  • Potenciar la actitud crítica hacia uno mismo (saber ser un pensador crítico): ser honestos y humildes intelectualmente, aprender a suspender el juicio, cultivar la paciencia, detectar el descentramiento, favorecer la reflexividad.

Una vez más, la colaboración docente (por ejemplo, entre profesores de informática y de ciencias sociales), es imprescindible para la buena gestión de las tecnologías.

Hay dos técnicas que favorecen la construcción del pensamiento crítico: la técnica del debate y la construcción dialógica del conocimiento. Ambas se basan en proponer un problema: el debate es más competitivo, y la otra es progresiva e integrada para todos los alumnos. Tecnologías muy simples como las listas de correos electrónicos, el microblogging o los foros en línea permiten llevarlos a cabo. 

La idea es que el éxito en estas técnicas depende de lo atento que se esté a las opiniones y motivaciones del otro, para eliminar los propios prejuicios y llegar a soluciones superadoras, enriquecedoras para todas. 

Otro ejercicio interesante es el fact-checking, que aplica el pensamiento crítico a los mensajes de Whatsapp, Facebook, etc. Este ejercicio y otros se pueden aprovechar más usando los datos abiertos como recursos educativos, usando técnicas de periodismo de datos con un poco de trabajo en estadística, matemáticas e informática (sobre todo para alumnos de secundaria o universitarios). 

4. Nivel social

A este nivel, se trabaja la parte comunitaria de la experiencia tecnológica. 

  • Respetar las “nettiquette”: usar el tono y el registro discursivo adecuado a cada situación comunicativa en redes sociales o mediada por la tecnología. 
  • Comprender las dificultades de acceso e inclusión que pueden tener los que están al otro lado del monitor. 
  • Comprender que puede haber una persona con malas intenciones al otro lado del monitor. 

La estrategia docente a seguir en este nivel (teniendo siempre en cuenta la importancia del trabajo docente colaborativo) se basa en fomentar el respeto hacia los otros, pero también en asegurar un buen conocimiento de temas de ciberseguridad y discurso de odio. 

Se puede invitar a los alumnos a comprobar si los sitios que visitan son accesibles (perceptibles, operables, comprensibles y robustos). También, sobre todo cuando se trabaja con redes sociales, en los posibles discursos de odio

En el vídeo de la presentación, que adjuntamos a continuación, podéis encontrar algunos ejemplos de actuación concretos que han surgido para dar respuesta a nuestra situación actual.

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Autor / Autora
Redactora colaboradora de los Estudios
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