Mon Davins: ‘Es importante que los adultos tengan una actitud dirigida a despertar el interés del niño o la niña, un amor o deseo de saber’

1 julio, 2021
Mon Davins

Montserrat Davins es doctora en Psicología y psicoterapeuta. Además de ejercer como psicóloga clínica, Davins es profesora colaboradora de la asignatura de Psicopatología de Adultos del grado de Psicología. Escribe textos breves sobre psicología en su blog y ha publicado un libro para niños, L’Espiet.

Eres psicóloga y psicoterapeuta de formación clínica, y has trabajado en tres ámbitos de la disciplina: la práctica profesional, la docencia y la investigación. ¿Crees que es importante esta transversalidad?

Por supuesto. Tuve el privilegio de trabajar durante quince años en la Fundación Vidal y Barraquer de Barcelona (1999-2014), y fue allí donde pude poner en práctica la vinculación de la clínica, la docencia y la investigación. Por un lado, ejercía como psicoterapeuta en el Centro Médico Psicológico de la Fundación Vidal y Barraquer de Barcelona y, por la otra, era docente e investigadora del Instituto Universitario Vidal y Barraquer (Universitat Ramon Llull).

En este marco, aprendí que apoyar la experiencia en la tríada clínica – docencia – investigación es muy importante. Las preguntas de la práctica clínica llevan a la investigación, y los resultados de la investigación se trasladan al campo docente. Es decir: tenemos que hacer, investigar sobre lo que hacemos, y enseñar sobre aquello que hacemos e investigamos. Y, entonces, volver a hacer una práctica basada en la investigación. Si hay un diálogo recíproco y una estrecha vinculación en estos tres ámbitos, conseguimos una mejor integración de los conocimientos.

Tenemos que hacer, investigar sobre lo que hacemos, y enseñar sobre aquello que hacemos e investigamos

Durante mucho tiempo trabajaste en Barcelona, pero después te trasladaste al Berguedà, una comarca del centro de Catalunya. ¿La actividad profesional que se hace en un contexto y en el otro son diferentes?

Es verdad que se trata de un contexto diferente. Los problemas sociales que influyen en las personas pueden variar y los servicios que se ofrecen también, porque están encarados a mejorar las necesidades de las personas que viven en un territorio determinado. Pero desde la orientación psicoanalítica hay una regla de oro fundamental, que es la importancia del caso particular. En la práctica clínica, procuro atender la particularidad de cada historia y a desmarcarme de las respuestas estandarizadas. Creo y confío en priorizar lo que es singular de todo humano: lejos de la tendencia a etiquetar, apuesto por una “clínica del tacto”. En este sentido, las diferencias contextuales pierden relevancia, porque lo que importa es cada sujeto en particular y ayudarlo a descoyuntar los puntos que le causan malestar.

Eres profesora colaboradora en la UOC. ¿Cómo entraste en nuestros Estudios? ¿Cuál ha sido tu experiencia como profesora docente colaboradora?

Empecé como profesora colaboradora de la Universitat Oberta de Catalunya impartiendo la asignatura de Psicopatología de Adultos en 2013. Yo ya tenía una actividad profesional, pero quería seguir haciendo tareas de docencia y, además de las clases presenciales, me interesé por el modelo de la UOC. Di un vistazo a las ofertas que había en aquel momento y, después de pasar por el proceso de selección, fui aceptada. Desde entonces, he seguido acompañando a estudiantes de la misma asignatura, y la experiencia sigue siendo tan gratificante y positiva como el primer día.

La tarea con el resto de profesores colaboradores coordinados por la responsable de la asignatura es muy estimulante. Planificamos conjuntamente las actividades de aprendizaje, proponemos actividades alternativas para conseguir los objetivos que nos planteemos en el plan docente, procuramos dinamizar el proceso de aprendizaje de los estudiantes —acompañando, animando, planteando preguntas o resolviendo dudas— e intentamos motivar y crear una atmósfera agradable en las aulas. Valoramos y evaluamos tanto los procesos de aprendizaje de los estudiantes como las formas de trabajar de una universidad que sentimos como nuestra.

Los PDC valoramos y evaluamos tanto los procesos de aprendizaje de los estudiantes como las formas de trabajar de una universidad que sentimos como nuestra

¿Cuáles crees que son los puntos fuertes de la UOC?

En los últimos tiempos y, especialmente, con la situación vivida por la pandemia de la Covid-19, la introducción de las tecnologías en el ámbito educativo ha dado lugar a un nuevo escenario basado en el uso de las TIC que configura un aprendizaje diferente del presencial. Lo cierto es que la UOC ya hace años que es líder en enfrentar las necesidades asociadas a un contexto digitalizado. Sitúa a los estudiantes en el centro de su proceso de aprendizaje, convirtiéndolos en las figuras centrales en torno a las cuales pivotan la institución y la acción docente. Además, favorece la interactividad en diferentes ámbitos: con la información, con el profesor y entre los estudiantes. Como los límites del tiempo y la rigidez del espacio de formación se difuminan, el estudiante tiene más flexibilidad organizativa. El modelo UOC promueve una visión constructivista del aprendizaje, es motivador y despierta la curiosidad, un valor que pongo de relieve en L’Espiet.

La UOC sitúa a los estudiantes en el centro de su proceso de aprendizaje, convirtiéndolos en las figuras centrales en torno a las cuales pivotan la institución y la acción docente

Acabas de autoeditar un libro de niños, L’Espiet. ¿De dónde surgió la idea de escribirlo?

El 12 de marzo de 2020 por la tarde, justo antes del primer día de confinamiento en nuestro país por la pandemia de la Covid-19, iba en coche de Montmajor en Berga con mi hijo a hacer unos recados. Más o menos a la mitad del camino, había unos obreros a pie de carretera trabajando en unas obras, y Roger me preguntó: “Mamá, ¿qué hacen estos hombres?”. Yo respondí: “Son unos obreros que arreglan la carretera”. El niño añadió: “¿Nos podemos parar a verlo?”. Pero yo contesté: “Ahora no, Roger, que vamos tarde…”. Justo después de haber pronunciado estas palabras, me dije por dentro: “¡Ostras, esto es un cuento! Este podría ser un buen punto de partida para un cuento…”

No pensé más en ello hasta después de dos o tres semanas, en que me descubrí escribiéndolo. A partir de aquella primera idea embrionaria nació L’Espiet, un cuento hijo del confinamiento. Me salió de un arrebato, y en poco más de una hora lo tuve terminado. Por supuesto que después hubo diferentes versiones por pulir, pero la historia que quería explicar y la estructura central estaba hecha. En realidad, más que ir introduciendo elementos de sorpresa en el cuento, fue el mismo cuento el que me sorprendió a mí.

L’Espiet es un libro sobre la curiosidad de los niños. ¿Qué crees que tendrían que hacer los adultos para ayudarlos a cultivarla?

Sí, el cuento trata de la importancia de tomar en consideración a cada niño y de respetarlo en los descubrimientos que lo conducirán a crecer y hacerse mayor. A diferencia de la mayoría de cuentos infantiles, el Espiet cuestiona el papel del adulto. Es un cuento dirigido tanto a los niños como a los adultos y, de alguna manera, permite que tanto pequeños como mayores se puedan sentir identificados o se vean reflejados.

También es una crítica al papel del adulto cuando se muestra indiferente hacia la curiosidad de los niños y niñas y, en este sentido, es un reclamo a tener una actitud atenta y cariñosa. Creo que es importante que los adultos (padres y madres, maestras, monitores, etc.), mantengan una actitud dirigida a despertar el interés del niño o niña, a despertar un amor por el saber o un deseo de querer saber. Y esto pasa por ser nosotros también adultos deseantes, por saber leer las líneas y entrelíneas de lo que el niño nos muestra, para ayudarlo a poner palabras a las cosas que siente y que le pasan, para ayudarlo a pensar haciéndole las preguntas adecuadas. Esto teniendo siempre en cuenta que cada niño/a es diferente, que tiene sus maneras singulares de aprender y que no hay un método que valga para todos.

Creo que es importante que los adultos mantengan una actitud dirigida a despertar el interés del niño o niña, a despertar un amor por el saber o un deseo de querer saber

¿Cómo crees que la literatura ayuda a los niños en su desarrollo?

Los niños tienen que aprender, a medida que van creciendo, a comprenderse mejor a sí mismos. Los cuentos cumplen importantes funciones en este proceso. Mientras el niño/a se divierte, los cuentos le brindan significados a diferentes niveles, puesto que suelen hacer referencia a conflictos humanos universales y, especialmente, a aquellos que le preocupan personalmente. Pero ¿por qué hay historias que para ellos tienen tanto éxito?

Siguiendo a Bettelheim, no es tan solo porque estimulan su desarrollo y enriquecen su mundo interno, sino porque precisamente hablan de las pulsiones internas de una manera que el niño puede comprender inconscientemente, y le sugieren respuestas a ciertas dificultades. Los cuentos les ayudan a elaborar los problemas psicológicos provocados por el crecimiento y a integrar su personalidad.

Si resultan tan fascinantes, es porque no se sabe exactamente de qué manera el encanto de la historia ha actuado en cada pequeño. ¿Cuál suele ser el mensaje que estos cuentos transmiten a los niños? Pues que la lucha contra las dificultades de la vida es inevitable, pero que si uno no huye, sino que se enfrenta a las trabas inesperadas o injustas, puede superar los obstáculos saliendo victorioso. Transmiten al niño/a una comprensión intuitiva de su propia naturaleza y de lo que puede llegar a ser si desarrolla sus potenciales positivos. En este sentido, los cuentos pueden ser terapéuticos, porque ilustran conflictos internos y sugieren, sutilmente, como resolverlos. De una manera muy simple y sencilla, le proporcionan seguridad y le dan esperanzas respecto al futuro.

¿Dónde podemos encontrar tu libro?

Escribí L’Espiet por el mero placer de escribirlo y, una vez lo tuve terminado, me animé a ilustrarlo. Pude contar con el precioso trabajo del Mar Guixé, que supo dibujar L’Espiet tal como yo lo había imaginado. No lo autoedité con fines comerciales y en la primera edición publiqué un centenar de ejemplares. Pero quien tenga curiosidad para descubrir quién es Espiet, puede encontrarlo a Solsona (Gasolinera Setelsis, Cal Pellicer, Cal Verdaguer y L’Estanc de Baix), en Berga (La Papereria y la Llibreria Quatre Cantons), o poniéndose en contacto conmigo misma: mondavins@gmail.com

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Autor / Autora
Redactora colaboradora de los Estudios
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